sábado, 3 de marzo de 2012

Candle of the love

El amor es como la llama de una vela, y las personas involucradas como el pavilo. Todo va bien siempre y cuando no interfiera, como podría ser una tormenta o un nene soplando porque terminaron de cantar el "feliz cumpleaños".
Cuando hay viento la llama, eso que llamamos "pasión", "ganas de..", o simplemente "bienestar"  se torna inclinada y da menos en el pavilo, la mitad, de un sólo lado o nada, es ahí cuando queda todo a oscuras, que para una de aquellas personas puede estar bueno, puede que sea lo que quería, pero quizá para la otra no, y aprovecha la oscuridad para ocultarse, y se da cuenta de que el calor de la llama le hace falta, que sufre. 
A veces, la llama está horizontal y sólo da de un lado del pavilo, aquel que sigue naranja y ardiendo, cuando el opuesto está frío, sólo y abandonado. Tienen que tener mucha conexión para darse cuenta y saber lo que pasa, el lado con llama tendría que interesarse en lo que le está pasando al otro o simplemente mirarlo, no sentir su absoluta presencia, advertir de que algo anda mal.
Pero a veces no pasa, y es cuando la llama se apaga o, con lo que queda de ella, se enciende una nueva.

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