Me siento, el agua me cae primero en la cabeza y después en
la espalda.
Cierro la canilla, se está por rebalsar. Me acuesto.
Mi pupo, sumergido, mis rodillas que sobresalen y la punta
de la uña roja del dedo gordo de mi pie derecho que se asoma a la superficie.
Cae una gota, caen dos y caen tres, una atrás de la otra,
con ritmo.
Pienso, reflecciono, analizo. Me quiere ? Cae otra gota.
Si me quiere, por qué me quiere ? Me quiere o quiere que lo
quiera ? Me acaricio el pelo. Me quiere y le gusto sólo en el chat, es eso,
pero por qué ? Seré una más ? Qué piensa de mí ? Sumerjo la cabeza.
Se escuchan más nítidos los tacos de mi mamá al caminar, no
escucho el televisor de mi hermana, una pequeñísima corriente que seguro no
cubre el tapón, también la escucho. Él me escucha ? Yo lo escucho. Le importo ?
Me gusta el agua, transparente. Será el transparente ?
Cuáles son las cosas que me deja y no me deja ver ?
Faltaba acondicionador y mamá compró más shampoo, siempre
pasa lo mismo, no los sabe diferenciar. Será que no sé diferenciar lo que yo
siento de lo que él siente ? Cae otra gota, esta ya más distante de la última,
pero la siento más fuerte, retumba.
Qué somos ? Dónde estamos ? A dónde vamos ? A dónde quiere
llegar ? Esto tiene un propósito ? Levanto la cabeza, me recojo el pelo. Tengo
la piel de gallina, pero no frío.
Saco el tapón y me siento a mirar como se va el agua,
haciendo un remolino. Se cuestionará el también estas cosas ? Pensará en mí ?
Tapo el remolino, pongo un dedo, lo saco, pongo la mano entera, juego, me hace
cosquillas.
Parece dos personas diferentes, no lo reconozco, o no lo
quiero reconocer. Ya queda poco agua, me tengo que parar, pero no tengo ganas,
permanezco sentada, con la cortina cerrada. Quiero que sea en persona la misma
que es con la pantalla de por medio. Me paro, me escurro el pelo, agarro la
toalla.
Me gusta, me gusta en serio, le gusto ? Me seco un brazo, el
otro, la cara, me miro al espejo, observo detalladamente todas mis
imperfecciones. Muero por entrar en su cabeza, ojalá pudiera. Me seco primero
entre los dedos del pie y después la planta.
Siempre tuve esta manía.
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